¡No puedo esperaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr!

lunes, 31 de enero de 2011

Lo que natura non da...

los humanos lo inventan, y así es como he devorado con una inquietante ansiedad un paquete grande de Chubi.

No comía de los tales desde mi no-tan-tierna infancia en Calama. La verdad... de chocolate no tenían nada, el sabor me pareció diferente al de años ha...

Curioso fenómeno ese el del "dolor de estómago", mi glotonería castigada de la peor manera, y ni siquiera era chocolate de verdad... dice "relleno sabor chocolate"

¡¡¡Ah viles, que me habéis estafado con falsas promesas de delicias chocolatosas!!!

Así que lo que el humano ha creado: una especie de sustituto al verdadero cacao, ha producido un verdadero dispéptico cuadro molesto, pero Natura ha venido al rescate: desafío a cualquier químico a replicar los beneficios del agua de orégano, chúpate esa, Teresa.

Salud por eso.

domingo, 30 de enero de 2011

El helado corporativo

El Helado Corporativo es el hecho en casa.

Luego de revolverla (y no me refiero al helado esta vez), me compré una máquina Disney de hacer helado-sorbete-tragos helados-mantecados-uranio congelado.

Debo reconocer que fue una calentura, lo cual resulta bastante irónico, dado el uso de la maquinita... me sorprendió gratamente.

La parte fea: no hay más bowls para comprar, Ansaldo (el importador) tampoco tiene más, y he de esperar de un día al siguiente para hacer más... El fabricante (Ariete) se ubica en Italia, país donde sí venden los bowl extra, pero no conozco a nadie que vaya ahí en el corto plazo y me traiga uno.

Así que compré otra, Falabella la trae, Cuisineart modelo ICE-20, y el extra bowl lo compré en Amazon, ahora soy feliz.

Ya he experimentado con fruta, leche evaporada, leche condensada, crema de batir (nata montada), menta fresca, yogurt batido (sí, de ese en bolsa) y... sigo aquí, aún no muero de envenenamiento, y me han quedado espectaculares los helados.

Resulta que todos los recetarios de helado se equivocan: están hechos para ser desafiados y modificados hasta más allá de lo reconocible: si aplico la receta ad pedem literae, queda una porquería que no comeré ni siquiera por su valor nutricional.

Bienvenida la creatividad, entonces.

Las gatas adoran lamer los potes con restos del helado de yogurt. Eso debería ser un buen indicativo ¿cierto?

Qué será de mí...

... el día que muera.

Bueno, como aún no tengo hijos, creo que esta puede ser una buena forma de inmortalidad: la red es infinita aparentemente, y todos cabemos.

Si muero mañana, al menos quedarán algunas ideas respecto de quien era yo... aunque, como soy inmortal, creo que esto pierde su sentido un poco.