¡No puedo esperaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr!

lunes, 9 de mayo de 2011

El respeto y la tolerancia.

El progreso y el descanso están en clara oposición.

El progreso es una aplanadora que no se detiene. Se puede disminuir la velocidad, pero no detenerlo. El descanso es... simplemente... algo etéreo.

Descanso en sí no existe. Descansa el cuerpo, pero no la mente, mientras la CEO piensa en una serie de maniobras explosivas dignas de Coppola en Vietnam... piensa la CEO que tiene el derecho divino de estar en perfecto silencio si le place, aunque Didí, Sassy y Flaquis digan lo contrario.

Desde febrero que están perforando enfrente. Empiezan aprox a las 8.20 am, paran 1 hora (13 a 14 hrs) y siguen hasta aprox las 20.00 hrs.

O sea, llevo 4 meses aguantando martillos neumáticos, perforadoras hidráulicas y tronaduras en lecho rocoso para hacerle los cimientos al hotel de enfrente.

En febrero estaba de vacaciones, por lo cual me vi sometida a un promedio de 8 hrs de ruidos de perforación, diariamente. Cuando volvió la CEO al trabajo universitario, se redujo en un 50%, que era el tiempo en que la CEO no estaba en las oficinas corporativas.

4 meses de ruido ininterrumpido me parece un exceso. Luego de cementar, picaron lo que habían cementado... no entiendo a estos ingenieros, sí señor.

Bueno, sólo queda esperar. O averiguar los permisos de perforación, si se están pasando en la hora, o recurso de protección y paralizar las obras.

O simplemente maldecir en silencio en este rincón y esperar que estos individuos terminen de una vez... mientras se quita la acalmia y se instala la migraña que suele atacar a veces. "Póngase en un ambiente hipoestimulante para que le duela menos"... dígale eso a los de enfrente. Ni mencionar las bruxadas por el ruido, cuando la CEO quiere dormir siesta (merecida) o hasta tarde los sábados (despertada por el dolor dental causado por el ruido).

Ahora hay silencio. Pero no descanso: hay que planear la vendetta.