Resulta que he descubierto que las sopaipillas se pueden cocinar en la freidora Phillips de esas que usan 1 gota de aceite.
La gracia está en la preparación de las sopaipillas. Personalmente no se hacerlas, así que compro de las congeladas de cocktail.
Si se meten congeladas: quedan ácidas. Ayer las dejamos descongelar, hasta que estaban blanditas. Una vez despegadas, cada una fue pinceleada con aceite de maravilla por ambas caras, y metidas a la freidora, a 180° por 15 minutos.
Salieron doraditas a los 10 minutos, algunas se inflaron, pero estaban exquisitas, nada de aceitosas... daba la sensación de comer galletas de soda.
Así he determinado una buena manera de hacer sopaipillas sin tanto desastre de aceitado y pesadez digestiva. Salud por eso.
Hoy intentaré con empanadas de queso fritas, siguiendo la misma operación: descongelar y pintar. Contaré detalles posteriormente.
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