¡No puedo esperaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr!

viernes, 7 de noviembre de 2014

Aaaahhhh... las delicias del automovilismo

Hace algunas semanas que Tomate-de-Huerto ya no está conmigo. Si usted no sabe qué es, me refiero cariñosamente así a mi Chevi Corsa Swing 2003 hatchback radio cd color rojo lyra, mi primer auto, que me lo regaló mi'apáaa. Últimamente ocurrieron una serie de eventos que me hicieron finalmente desligarme de él. Lo extraño mucho, la verdad, pero cuando pienso en los problemas que he tenido... ahí va un recuento.


1-. Tomate empezó con un traqueteo tipo válvula. Daba la impresión de que algo estaba suelto. Ese ruido desapareció después de llevárselo a mi amigo mecánico Néstor.
2-. A las pocas semanas (unas 2 ó 3), empezó un ruido como de arrastrar algo al frenar. Revisé todo, y... se encendió la luz de freno de manos.
3-. Néstor volvió a revisar todo, nada raro, había una fuga chica de líquido de frenos, se reparó.
4-. A los dos días nuevamente el mismo ruido. Resultó que se había quedado pegado el freno y anduve frenada por todos lados, me comí la pastilla de frenos (que era más o menos nueva) y hubo que poner otra. Se solucionó. Corsa-Tomate funcional de nuevo.
5-. Mis padres me dicen que vienen a verme y que me traen de regalo el Chevi Épica (AKA Tanque Felino). Me empieza la nostalgia por saber que tomate estará poco tiempo más conmigo...
6-. Primera salida a trabajar en Tanque.  A las 3 cuadras con ruido horrible, se cayó el escape. Me vine haciendo ruido del horror, se retorció el tubo al pasar por un lomo de toro, quedando cual escultura moderna, y se terminó de arrancar (estpuy segura que desperté a los vecinos con el ruido, fue en el estacionamiento), tuve que salir corriendo en Tomate para no llegar atrasada.
7-. Reparación de Tanque exitosa, pero me rehuso a subir en él a Alto Hospicio hasta haberlo probado en Iquique.
8-. Acá, mis padres se fueron a Copiapó y vuelve mi papá a pasar mi cumpleaños conmigo.
9-. Es más fácil subir en Tomate porque queda afuera. En una subida, el motor pierde fuerza bruscamente, se enciende luz de check engine. Reviso el tablero... nada. Prendo las luces de emergencia, me orillo, apago motor. Vuelvo a encender... sigue la luz encendida. Decido seguir a Alto Hospicio, y ver que ocurre después.
10-. Mismo periplo: sigo subiendo, y todos los que me sobrepasan me tocan la bocina, les grito "sí gil, voy con las luces encendidas, para qué me pitas, no me voy a apurar". Me fijo que un auto está yendo delante de mí muy lentito, como viendo qué estoy haciendo. Finalmente, me corro para dejar que pasen los apurones, pero una señora me grita desde su auto "¡Fuego, fuegooooo!", miro por el restrovisor y veo chispas quemándose en una estela hacia atrás... era cierto: FUEGOOOOOOO
11-. Mismo periplo: me estaciono y me bajo corriendo, con la precaución de apagar el motor antes, está todo lleno de humo, abro la maletera, saco mi extintor, sientiendo un fuerte olor a gasolina, miro y veo fuego saliendo desde el escape (tipo turbo, pero menos espectacular); trato de hacer funcionar el extintor, lo reviso pero no hay pin de seguridad... y la cuestión NO FUNCIONAAAA. Saco mi mochila, y resignada digo "ok, quémate".
12-. Mismo periplo: se autoextingue el incendio, y me quedo parada apoyada en la barrera del camino. Llega un colega, del auto mirón de adelante, y me dice "fuegooo, vente con nosotros". Le respondo que no puedo dejar el auto tirado, y que gracias pero que se vaya no más. Ya que no hay más fuego, me subo al auto, y llamo a Néstor. En eso empieza el lindo corte de subida en la ruta A-16, diseñado para "aliviar el tránsito de bajada desde Alto Hospicio". Aprovecho de poner todos mis triángulos, me quedo con las luces de emergencia encendidas, me pongo el cinturón de seguridad y procedo a comerme mi desayunito: yogurt con cereales de chocolate. Néstor me llama para decirme que está cortado, le cuento todo, y aprovecho de llamar a Mario a la canasta para que le diga a mi papá que me vaya a buscar en el Tanque.
13-. Ya me cansé de poner el mismo periplo, pero sigue: logra llegar Néstor, prendemos el Tomate y... nada. El desgraciado hizo lo mismo de nuevo: funcionar bien cuando Néstor está al lado, y humillarme. Nos quedamos conversando un rato con el motor encendido... y empieza el problema de nuevo. Néstor abre el capó y ve el problema: un cilindro funciona mal, no hay encendido de la chispa y por eso se quema el escape: combustiona la gasolina del cilindro con el calor del escape, en vez de salir gases de combustion sale mezcla de gasolina y aire, y eso se acumula en su interior y eso fue lo que se quemó. Nos quedamos esperando que llegue mi papá.
 14-. Llegan los de la autopista concesionada, con sus balizas, en un vehículo de rescate a verme. Nosotros estamos bien. Nos dicen que van a mandar la grúa (hay que pagarla) y yo le digo que hay quién me remolque, insisten en que salga de ahí porque es muy peligroso. De acuerdo, nos corremos hasta la entrada a Alto Hospicio.
15-. Entre medio, como avisé al trabajo que se me había incendiado el auto y que iba a llegar tarde, en el consultorio corrió la voz de "la Esnaola se accidentó/chocó y se le incendió el auto", y me llama todo el mundo para ver como estoy. (Gracias de nuevo). Todo ok, solucionado.
16-. Mientras esperamos todavía a mi papá, pasa otro colega, se estaciona y se baja a ver si estoy bien, si necesito algo (gracias de nuevo), todo ok, se va. Llega mi papá, cambiamos autos, y yo sigo en el tanque. Ellos se llevan al Tomate al taller, lo reparan y es misma tarde ya lo tengo de nuevo.
17-. Reconociendo el susto, decido que ya es necesario dejar ir a Tomate. No puedo seguir quedándome en panne en la carretera, es peligroso, y aunque fueron fallas tontas y toltalmente reparables, debo dejarlo ir. Además, es antieconómico tener dos autos. Mi papá se lo lleva a Copiapó para venderlo.

Así que ahora ando en Tanque. Chupa más que orilla de playa, esto es el combustible. Pero Tomate ha sido beneficiado: mi papá lo pintó y restauró a su antigua gloria tomatosa-roja lyra. Supongo que pronto lo venderá, espero que quien lo adquiera sepa lo afortunado que es en tener semejante auto, aperradísimo y confiable. Lo extraño, especialmente cuando me acuerdo de su rendimiento de 14 km por litro, al lado de este Tanque tragón... En 11 años que fue mio, esta fue la tercera panne "grande", pero supongo que era parte del envejecimiento normal del vehículo.

Y usted, mi estimado lector, se preguntará... ¿por qué no le funcionó el extintor? (aaahh, se le había olvidaaado). Déjeme aclararle que sí se usar un extintor, nunca había necesitado usar uno, pero el tema es el siguiente: los extintores de edificio tienen un pin de seguridad que debe removerse antes de quitar el seguro y poder usarlo. Los extintores de auto no tienen ese pin, sino que el seguro está sujetado con un autoadhesivo que debe removerse antes de quitar el seguro. El extintor de Tomate tenía una etiqueta TRANSPARENTE CON LETRAS ROJAS, sí, el mismo color que la pintura del extintor. Entonces, con los nervios, yo no ví ninguna etiqueta ni nada, y solamente me dediqué a apretar el seguro, el cual no se iba a mover por estar sujeto. Lo verificamos con Néstor después. En este respecto ¿a quién se le ocurre poner un seguro y no señalar "rompa acá para abrir"? Es lo mínimo, creo yo. Pero bueno, ahora lo sé, y usted, mi estimado lector, también. Revise su extintor, y fíjese en la famosa etiquetita, puede ser necesario, ojalá que no.

Por cierto, tengo que llevar a cargar el extintor de Tanque. Eso queda para otro capítulo.

A todo eso lo llamo "las delicias del automovilismo". Siempre es una aventura jajaja. Felíz cumpleaños a Aileen, y no olvide llevar todos los años a su vehículo al "control de auto sano" antes de la revisión técnica, puede ahorrarse malos ratos.



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