¡No puedo esperaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr!

lunes, 8 de julio de 2013

Y no podrás dañarme...

Este fin de semana recién pasado, efectivamente me hice mi propio ecritoire, sin mesas de black jack ni hombrezuelos. Fue un fin de semana de esos, donde hubo anuncio de corte de luz para el domingo, lo cual me dejó huérfana de una serie de adminículos necesarios para las tareas que tenía planificadas. Por todo lo ocurrido, he decidido hacer una apología a la forma análoga de trabajar mediante la fuerza muscular o, dicho de otra manera, "hacer las cosas a la manera antigua".

Desperté el domingo temprano, antes de las siete am, pensando en que tenía la ropa de trabajo lavada, pero no planchada. Se cortó la luz cuando estaba armando la tabla para planchar, quedando en pana (plancha a vapor). Decidí entonces tomar desayuno: no tengo tostador eléctrico, sino de esos que se ponen en el fogón de la cocina. Voilà, pan tostado con mermelada. El té lo preparé hirviendo agua en una olla, guardamos el resto en un termo para no tener que hervirla a cada rato si quiero más. Ah, no olvidar encender la cocina con fósforos y no con el encendido electrónico (sin electricidad no funciona). Evidentemente el calefont de tiro forzado murió, así que calentar agüita para lavarme por presas, y en eso vuelve la luz, lo suficiente como para poder ducharme y planchar algo de ropa. Luego se cortó de nuevo, por un largo rato.

Mientras pasaba todo esto, el día anterior había dejado unas tablas cortadas para el ecritoire, además había cargado la batería del taladro inalámbrico, así que pude seguir trabajando en esto.

De pronto volvió la electricidad, seguí cortando y lijando, hasta el corte definitivo. Entonces me di cuenta lo importante de tener un plan b, en este caso especial las herramientas manuales.

Sip, sierra de arco manual, desarmadores, lija de mano, todo a la antigua. Mientras seguía con mis planes, pensaba en todas esas personas que se burlaron de mí por enviar correspondencia escrita a mano (a ver ahora cómo mandas un email, tal por cual); este domingo fui perfectamente capaz de efectuar todos los planes con el poco rato de electricidad que tuve, y haciendo el resto a manito.

Debo decir que el lijado a mano cansa, pero queda mil veces mejor que cualquier otro. Los proyectos fueron acabados, con tiempo para descansar y todo. Eliqsa no pudo detenerme con su corte de luz.

Sí hay cosas que eran mejor antes. Y lo siguen siendo. Resulta sorprendente pensar que la flojera está creando toda una generación de personas que no pueden vivir sin electricidad, que se desesperan sin internet, teléfono, o videojuegos, y que no son capaces de reconocer lo que es mejor, mareadas en la vorágine tecnológica. ¿Algún día aprenderan?



No hay comentarios:

Publicar un comentario