Ayer cuando venía al trabajo desde las oficinas centrales de la Corporación se encendió la luz de aceite del Tanque. Entré en pánico, pero se apagó, y se prendió, y se apagó, etc.
En resumen: ya no había aceite en el motor, al parecer.
Llamé a Néstor, mi amigo-mecánico, quien me dice "échale no más". "Ok, de cuál", "no sé... un 20/50", "¿y se puede?", "claaaro".
Bueno, compré el famoso aceite, y me costó un mundo abrir la tapa para echarlo, pero lo logré, gracias a los manuales, porque el Tanque tiene el hoyo del aceite en lugar totalmente diferente de Tomate. Se tragó casi los 4 litros, y pude llegar a la Canasta/oficina Corporativa sin inconvenientes.
Hoy pude constatar una pequeña pérdida de aceite en el estacionamiento, pero me convenzo que se pierde mayormente al estar andando, así que al taller el fin de semana.
Comentar además, que las etiquetitas de aceite que le ponen a los autos deberían decir "tipo de aceite que le puso" y no la marca solamente. Resulta que mezclé el 10/30 que tenía con el otro. Pero bueno, no es mi culpa, el experto me dijo y en ningún lado decía qué aceite tenía adentro (en todo caso, debe haberle quedado super poco, la varilla indicadora salió seca, qué susto). El humano-padre-de-mi-madre se anduvo medio enojando por la mezcla de densidades, pero tiene que aguantar 4 días nada más, no creo que sea para tanto.
Sip, las delicias del automovilismo.
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Albacora al romero:
Se pone en una sarten un pequeña cantidad de aceite de oliva extra virgen. Cuando está caliente, se le pone encima un filete de albacora que esté cortado fino y, aún crudo, se espolvorea algo de romero y sal sobre ella. Se baja el fuego y se tapa. En unos pocos minutos, voltear el filete. Una vez cocido, retirar y servir. Recomiendo acompañar de tomates, queda siempre bien.
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